From Tom's Desk
Both Puerto Rico and the Federal Government have the same problem, decreased access to quality healthcare for the underserved. And both are trying to address this challenge independently. Taken together, this combination of efforts has created a significant opportunity which could generate huge benefits for patients and the organizations who serve them—that is, if someone with vision will take it.
At the same time as the island commonwealth has dramatically decreased personal taxes for physicians to prevent their outmigration, CMS has begun efforts to shift resources into the care of underserved groups through adjustments in how it calculates its capitation rates, adjustments which should greatly increase the potential revenue of Medicare Advantage plans serving the island. Add to that the fact that the ratio of primary care clinicians to specialists in Puerto Rico is as close to optimal as it comes and you have a recipe for a Medicare Advantage system that could deliver excellent healthcare, create high levels of clinician engagement and generate long term, accelerating revenue growth.
It’s a unique opportunity for the insurer or integrated healthcare delivery organization with the means and the expertise to execute it. By either leveraging existing or creating new Medicare Advantage networks on the Island, the right group could take these new conditions and create a national model of service, quality and profitability.
The only question that remains: who’s going to be the first to try?
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Puerto Rico y el Gobierno Federal tienen el mismo problema, acceso disminuido a la atención de salud de calidad para los desatendidos. Y los dos están tratando de abordar este desafío independientemente. En conjunto, esta combinación de esfuerzos ha creado una oportunidad significativa que podría generar grandes beneficios para los pacientes y las organizaciones que los sirven, pero solo si alguien con visión lo tomará.
Al mismo tiempo que la comunidad isleña ha reducido drásticamente los impuestos personales para los médicos para prevenir su emigración, la CMS ha comenzado esfuerzos para transferir recursos al cuidado de grupos desatendidos a través de ajustes en cómo calcula sus tasas de capitación, ajustes que deberían aumentar considerablemente el ingreso potencial de los planes de Medicare Advantage que sirven a la isla. A esto se añade el hecho de que la proporción de médicos de atención primaria a especialistas en Puerto Rico es lo más cercana posible a lo óptimo y tiene una receta para un sistema de Medicare Advantage que podría brindar una atención médica excelente, crear altos niveles de compromiso clínico y generar el crecimiento de los ingresos aceleradando a largo plazo.
Es una oportunidad única para la aseguradora o la organización integrada de prestación de servicios de salud con los medios y la experiencia para ejecutarlo. Al aprovechar o crear nuevas redes de Medicare Advantage en la Isla, el grupo adecuado podría tomar estas nuevas condiciones y crear un modelo nacional de servicio, calidad y rentabilidad.
La única pregunta que queda: ¿quién va a ser el primero en intentarlo?
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